El estrés puede afectar significativamente el desarrollo emocional y cognitivo del niño. Los estudios han demostrado que la exposición continua al estrés puede llevar a problemas de salud mental, como ansiedad y depresión, así como a dificultades en el rendimiento académico y en las relaciones interpersonales. Además, el estrés infantil puede influir en el desarrollo del cerebro, afectando áreas relacionadas con la memoria y la regulación emocional. Por lo tanto, es crucial identificar y abordar las fuentes de estrés en la infancia para promover un desarrollo saludable.
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